En la página web del periódico Nosotros los mayores del siglo XXI[1] el pasado 8 de marzo de 2021, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer, publicaron una noticia cuyo titular, La desigualdad de género se sigue sufriendo a todas las edades[2], viene a confirmar lo que lamentablemente es una realidad cotidiana. Las desigualdades sufridas a lo largo de toda su vida por ser mujer se agravan por el simple hecho de cumplir años.
En la noticia dicen que “hacerse mayor tiene un significado diferente para mujeres y hombres”, empezando, por ejemplo, con las desigualdades salariales, o en este caso, en sus pensiones.
Lo más probable es que a lo largo de la carrera profesional de las mujeres y hombres, ellas hayan cotizado por un menor importe (y menor tiempo) que ellos, lo que queda muy evidente en las pensiones que cobran unas y otros en el momento de la jubilación. Y eso en el afortunado caso en que ellas hayan cotizado, ya que, sobre todo mirando hacia atrás, lo más habitual era que directamente solo cotizara el marido, trabajando ellas en casa o en empresas pero sin asegurar.
En el siguiente gráfico[3] sobre el sexo de los pensionistas no contributivos (esto es, personas que nunca han cotizado o no han cotizado lo mínimo necesario para percibir una pensión contributiva) se ve claramente un predominio en el número de mujeres que cobran la PNC sobre el número de hombres:
Sin duda, la socialización diferencial de niñas y niños tiene su influencia en el hecho de que las perceptoras de PNC sean abrumadoramente superior al de perceptores, porque los roles que históricamente se le asignan a las mujeres y hombres ha hecho que en muchas ocasiones ellas no hayan cotizado en su vida o ,si lo hicieron, no el tiempo suficiente, ya que eras más que habitual que en el momento de casarse abandonaran el mercado laboral para centrarse en el cuidado de la casa y de los hijos (roles habitualmente asociados a las niñas).
Si bien es un hecho que el número de PNC en España han venido decreciendo en los últimos años, aún queda mucho por hacer, empezando por la igualdad REAL de los salarios para mujeres y hombres, por conseguir que las carreras de cotización sean iguales en el número de años para cualquier persona, independientemente de que sea mujer u hombre, y por que las bases de cotización también sea iguales.
Solo alcanzando la igualdad plena, real y efectiva durante los años trabajados, podremos conseguir una igualdad plena, real y efectiva en las pensiones de jubilación, lo que eliminaría al menos un agravante que sufren las mujeres por el simple hecho de ser mayores.
[2] http://www.nosotroslosmayores.es/2021/03/08/la-desigualdad-de-genero-se-sigue-sufriendo-a-todas-las-edades/
[3] Elaboración propia. Origen de los datos: Página 15 del Informe del Imserso sobre el Perfil del pensionista no contributivo de la Seguridad Social y del benificiario de prestaciones sociales y económicas para personas con discapacidad. https://www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/perfil_pnc_pspd_2020.pdf
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